martes, 17 de enero de 2012

El San Martín.

Resulta que estamos sin auto por un tiempo.

Eso significa que para llegar al trabajo tengo que tomar un cole, un tren, otro cole. 50 min mas o menos.
Eso es mi pesadilla, porque me tengo que levantar mas temprano, salgo a la calle y veo que el cole ya está en la parada y no llego, espero el otro, subo, 25 minutos, cuando estoy bajando del cole escucho el tintintintin que signfica que el tren está llegando y tengo que pegar un piquecito hasta la estación y sacar el boleto apurada y nerviosa. Subo, 20 minutos, bajo y a esperar el otro cole, ese nunca llega cuando estoy bajando del tren, ese me hace esperar. Espero un rato, sabiendo que ya llego tarde al trabajo.

Ufff... me cansé de solo escribirlo.

Pero, esto tiene una buena, una muy, pero muy buena.
Yo me quejaba de falta de tiempo para leer.

Esos 50 minutos están hechos para leer. Me resulta la mejor hora para leer, me concentro, me meto en el libro y lo disfruto tanto pero tanto tanto, que lo leo aunque no haya conseguido asiento, aunque el cole vaya por Los Incas, con adoquines y vibre todo.

Y cuando estoy llegando a destino me cuesta horrores dejar el libro, el mundo ese en que me metí por esos 50 minutos, lo dejo y me toma un tiempito ponerme a tono con mis cosas, con mi trabajo, con el traqueteo de la oficina.

5 comentarios:

  1. Muy bien por haberle encontrado el lado positivo a una situación aburrida!
    beso!

    ResponderEliminar
  2. tal cual, eso es ver el vaso medio lleno!!!
    que libro estas leyendo?

    ResponderEliminar
  3. Bienaventurados los que pueden leer en movimiento! Me hubiera solucionado tantos momentos de mi vida! (Igual, creo que sigo prefiriendo manejar, no te envidio tanto, eh? :P)

    Un beso!

    ResponderEliminar
  4. yo no puedo imaginame hacer tanto para llegar al trabajo!!!!!! es algo que mi carenciado cerebro no se puede imaginar!!!!! la verdad te compadezco!

    ResponderEliminar
  5. Qué lindo! En una época trabajaba en Morón (por suerte viajaba al revés que todo el malón), y también aprovechaba para leer, escuchar música, mirar por la ventana... El tren es el transporte perfecto (si el Estado les diera más bola sería genial)

    ResponderEliminar