domingo, 24 de enero de 2010

Inspiro... expiro...

Tengo que aprender a no preocuparme, a entender que las cosas van a marchar bien, que si algo anda mal me van a avisar, no es necesario que tenga el corazón en la boca todo el tiempo...

O. está acá en casa, por una semana, y junto con la alegría de que esté acá conmigo viene la preocupación: ¿estará pasando bien?, ¿se aburre?, ¿extraña?, ¿le gusta estar en casa?, ¿podrá hacer tal o cual cosa solo?... y así, mil más.

Pero eso no es bueno, tengo que aprender a relajarme, él esta bien, sinó, se encarga de hacerme saber que le falta... es así...

Relax, tranquilidad, paz...

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