sábado, 1 de agosto de 2009

Me acordé.

Cuando era chiquita adoraba, pero adoraba eh, estas figuritas:
















las Sarah Kay.

Resulta que mi hermano usaba las botitas ortopédicas, ésas de cuero marrón que cualquiera que las haya usado por supuesto las odia con toda su alma.

Pero para mí eran igualitas a las botitas que usaban las Sarah Kay, por lo tanto yo las quería usar a toda costa, obvio que no me dejaban.

Así, todo mi consuelo y toda mi felicidad pasaba por lustrárselas con tanto cariño.
Embobada.

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